13 de mayo de 1999 -LA CAPITAL-
Piden desarchivar la causa por la muerte de un bebé(caso Aguilera)
Este
segundo caso en que se investiga el destino que tuvo una niña
nacida en abril de 1997, se inició con la denuncia presentada
por los padres de la fallecida, con el patrocinio legal de la
abogada Alejandra Carina Colarco. Lo que sucedió fue narrado por
el propio progenitor Marcelo Aguilera, al declarar como testigo
ante la fiscal adjunta Maria Teresa Martínez Ruiz. Estos son los
puntos principales:
*Era
nuestro primer hijo. Fue terrible perderlo. Al conocer el caso
"Cigarreta" comenzamos a dudar sobre que había pasado
con nuestra hija, que está enterrada en el cementerio"
*Su
esposa quedó muy afectada por lo sucedido y tiene la
intuición de madre de que no es su hija la que está enterrada.
*Si
bien tuvo problemas en el embarazo "ningún médico nos
planteó concretamente que había peligro de muerte del bebé, ni
la posibilidad de hacer una cesárea para salvarlo, porque le
faltaba líquido amniótico. En todo momento fueron optimistas
diciendo que con reposo evitarían problemas.
*El
día del hecho la llevaron a su esposa para hacerle un
monitoreo."no escuchan los latidos característicos de un
bebé en la panza". Cuando le realizan la ecografía a su
mujer, la pantalla estaba quieta, "antes habíamos observado
cómo se movía y se chupaba el dedo".
*
La esposa decía que el bebé se movía, que no podía estar
muerto. El médico justificó esta sensación diciendo que eran
"por los nervios que estaba viviendo".
*
El médico le recomendó no ver al bebé, porque "le resultaría
traumático". Pero después se lo muestra. Ve que
"viene una enfermera con una carrito de plástico, en cuyo
interior está el bebé tapado con una sabanita". Al
destaparlo,"no lo observo azulado, sino blanquito. Ya había
pasado más de una hora de la operación. Le pareció que
pesaría más de dos kilos.
*
Primero no quiso, pero después el padre firmó una autorización
para la autopsia, y no le dicen si había que pagar algo
por ello.
*
Más adelante, el médico que los atendió le dijo que tenía que
ir a buscar el resultado de la autopsia a cierto lugar. Lo anotó
en un papel, que perdió. El resultado de ésta era el mismo que
el de la placenta. No precisa cuál.
* El médico les dice que "había sido un accidente".
Serie de
"Irregularidades"
También, en la presentación se hizo mención de una
serie de "irregularidades", tales como "la inexistencia
de una historia clínica de la bebé muerta", el incumplimiento
en realizar la necropsia, aunque el padre de la niña lo
autorizó con su firma, "la falta de un documento que
certifique la existencia de una ecografía en la que conste que
el feto se hallaba muerto", "la carencia de huellas
digito plantales, tanto de la madre como de su hija" y
"la extrañeza de que todos los datos que se tienen son por
los dichos de un médico que atendió a la mujer durante sólo 15
días, después de haber sido derivada por otro
profesional".
Como una característica de la doctora Colarco, la que
es conocida entre otros casos por ejercer la representación
letrada del matrimonio, cuya hija recién nacida fue inyectada
por una persona que no pudo ser identificada, en la parte final
de su presentación y junto a la expresión de rito: "será
justicia", consignó un deseo: "por una justicia de
rostro más humano".
La fiscalía General a cargo de su titular Fabian
Fernández Garello deberá considerar la viabilidad de tal
pedido, y en caso de hacerlo, la causa deberá ir por sorteo a
otra fiscalía para que se continúe su tramitación.
Dictamen de peritos de la Corte
Faltó realizar la autopsia
La causa de la bebé muerta fue archivada por decisión
de la fiscal adjunta María Teresa Martinez Ruiz después
de recibir el dictamen de la Asesoría Pericial de la Suprema
Corte, del que se desprendía que "no surgen elementos que
racionalmente hagan suponer la comisión de un delito".
En este dictamen que lleva la firma de los médicos
legistas Juan José Granillo Femández y Manuel de Souza, se pudo
observar que la conclusión a la que llegó, "no se realizó
la autopsia".
Se consigna en el informe que el 9 de abril de
1997, tras 35 semanas de gestación, se le extrae a la mujer,
tras comprobar ausencia de latidos cardíacos, el feto muerto,
que pesaba 2 kilos.
En cuanto a la conclusión de los profesionales es
que "la patología habría determinado el deceso fue el
retardo de crecimiento fetal", y tras advertir sobre que
"no pueden hacer referencia en la relación a si el feto
presentaba alguna otra enfermedad congénita debido a la ausencia
de la autopsia, que no fue realizada", señalaron que
"el manejo clínico fue el adecuado, hábida cuenta de todos
los estudios complementarios realizados" y que "se
procedió con buen criterio médico al derivar a la paciente a
un centro de mayor complejidad, para una mayor oportunidad
terapéutica"