21 de diciembre del 2000-La Nación-
Godoy declaró por tráfico de niños
En la causa en la que se investiga la desaparición de Rocío Cigarreta Godoy declaró por tráfico de niños La diputada nacional del PJ fue interrogada por el juez Hooft; dejó interrogantes sin responder; denunció una campaña
MAR DEL PLATA.- "Me siento perseguida porque, pese a que soy inocente, alguien está empeñado en convencer a la gente de que soy un monstruo", se quejó ayer ante La Nación la diputada nacional (PJ) Hilda Norma Ancarani de Godoy, a pocas horas de haber enfrentado al juez Pedro Federico Hooft, quien le tomó declaración informativa en la causa en la que se investiga la desaparición de la beba Rocío Cigarreta.
Tal como ocurrió frente al magistrado, durante el encuentro, la dama repitió una y cien veces que nada tiene que ver con el tráfico de bebes en el país o con la suerte corrida por la niña marplatense y que si hasta el presente no se le ha probado nada en los procesos ligados con esos hechos, es simplemente "porque no existe tal participación". "Por más que me investiguen a mí o a mi hermana Lucrecia, jamás encontrarán nada porque, justamente, no hemos hecho nada", afirmó.
Tras ser convocadas por Hooft en tres ocasiones, las Ancarani se hicieron presentes en el despacho del juez ayer por la mañana, aunque su actitud fue distinta. Lucrecia se negó a declarar porque está convencida de que "la causa tiene numerosas irregularidades y porque nunca se le explicó de qué la acusan". "Me gano la vida como cocinera y decoradora en Misiones. Vivo para mi marido y mis cuatro hijas y estoy pasando por este calvario porque alguien quiere vengarse de mi hermana", explicó. "Y todo esto, que tiene un componente ciento por ciento político, fue montado por el fiscal Quantín", remató.
Norma, en cambio, clamó su inocencia ante el magistrado y le rogó, entre sollozos, que repitiera el examen de ADN a la hija menor de su amiga Mabel Behal, la pequeña sospechada de ser la menor desaparecida. Tras su paso por los tribunales del balneario, las hermanas han quedado vinculadas con la causa caratulada como "sustracción de menor, supresión de identidad y falsificación de documento público", como imputadas no procesadas.
Un expediente que ya suma 24 cuerpos y que está íntimamente relacionado con la investigación que en el nivel nacional conduce el fiscal de cámara Norberto Quantín, por el presunto tráfico de menores en el país. El fiscal se encuentra en la mira de los cañones de la legisladora: "Este hombre me persigue de una forma tan insistente y perversa que me hace acordar a esos perros que, una vez que te agarran de una pierna, no te largan por más que hagas cualquier cosa. "Y todo esto comenzó -subrayó- cuando el fiscal creyó lo que decía en un papel anónimo que le mandaron, un pedazo de papel higiénico, en realidad, en el que se nos acusaba a mí y a mi familia de disparates sólo con mentiras. "En ese anónimo -añadió- se anticipaba también que por todos los medios se haría creer a la gente que Norma Godoy es un monstruo. "Y no lo soy", enfatizó. "Soy víctima de una campaña política, judicial y periodística que no ahorra golpes bajos para terminar conmigo y mis familiares", enfatizó. "Ocurre que como diputada me puse a estudiar qué pasaba con la Aduana porque sueño con que se acabe el contrabando en mi país", apuntó. "Me parece que esa tarea ahora me está costando esta persecución, porque me parece que molesté a alguien muy poderoso", arriesgó la señora. Lo que no se anima a revelar es la identidad de los que integran semejante confabulación. "Es una mano muy pesada", arriesga apenas. Pese a que se encuentra imputada en dos causas y a que por estos días su nombre se asocia con el tráfico de bebes o con la suerte corrida por la beba Cigarreta, la diputada no va más allá a la hora de identificar a sus perseguidores.
Mientras tanto, el juez Hooft analiza sus dichos y estudia los pasos por seguir. Sólo ha dicho que cuando Godoy declaró dejó interrogantes sin responder y eludió las cuestiones centrales de la causa.