18 de octubre del 2000 -Página 12-

CITACIONES POR EL CASO DE LA BEBA ROBADA EN MAR DEL PLATA

Una diputada ante el juez por Rocío.

La ex jefa de asesores de María Julia Alsogaray y la diputada del PJ Norma Godoy fueron citadas como imputadas no procesadas. Estarían involucradas en el robo de la beba Rocío Cigarreta. Cristina, la mamá de Rocío, supo la verdad por un anónimo. “Nunca perdimos la esperanza de encontrarla”, asegura.

Por Mariana Carbajal

Los procesamientos de la ex jefa de asesores de María Julia Alsogaray, Mabel Behal, y de la diputada justicialista Norma de Godoy, involucradas en el caso de la beba robada Rocío Cigarreta, estarían cada vez más próximos. El juez de Mar del Plata Pedro Hoof acaba de citarlas para el lunes a prestar declaración informativa como imputadas no procesadas en la causa que investiga los delitos de supresión de identidad, falsificación de documento público y sustracción de menor. El mismo día también deberán presentarse ante el magistrado, con el mismo carácter, el esposo de Behal y la hermana de Godoy. “Hay elementos suficientes en el expediente para indagarlos y procesarlos”, señaló a Página/12 la fiscal del caso Susana Kluka. El juez Hoof firmó las cuatro citaciones el viernes, luego de recibir un pedido en ese sentido de la fiscal. La diputada nacional Ancarani de Godoy y su hermana Lucrecia están sospechadas de integrar la supuesta red de compraventa de niños a través de la cual la ex funcionaria menemista en la Secretaría de Medio Ambiente y su esposo, Oscar Banchio, habrían conseguido a la menor de sus hijas, a quien anotaron como hija natural en Posadas. Una hipótesis es que esa niña sería la hija robada a los Cigarreta. En su resolución, el magistrado hace suyos y comparte los fundamentos esgrimidos por Kluka, pero en lugar de citar a los cuatro imputados a indagatoria –como solicitó la fiscal– optó por una declaración informativa, con el argumento de que en esa misma condición declararon en abril otros dos imputados en el caso: el obstetra y el neonatólogo que atendieron a Cristina Ortizá de Cigarreta y a Rocío, cuando la beba nació en la Clínica del Niño de Mar del Plata, el 23 de abril de 1997. En los fundamentos de las citaciones, Hooft consideró que la calificación de los delitos investigados como supresión de identidad, falsificación de documento público y sustracción de menor “se ha visto fortalecida” con todas las actuaciones que se han hecho hasta el momento en la causa.

El magistrado recordó que está acreditado que los restos mortales de la beba que fue entregada en la Clínica del Niño al matrimonio Cigarreta no corresponden a los de su hija Rocío, de acuerdo con dos análisis de ADN que dieron negativo. Hooft destacó además algunas irregularidades detectadas en el centro médico: aunque siempre a toda madre y recién nacido le colocan una pulsera identificatoria, a Cristina Ortizá no se la pusieron; el número y el nombre que consta en la pulsera queda habitualmente asentado en la historia clínica y en la de Ortizá no aparece. “El próximo 23 de abril Rocío cumplirá cuatro años. Nunca hemos perdido las esperanzas de encontrarla, por eso seguimos luchando”, dijo ayer a Página/12 Ortizá. A los tres días de dar a luz a Rocío en la Clínica del Niño, le informaron que la criatura –que permaneció ese lapso en una incubadora– había muerto. Un llamado anónimo le reveló que el cuerpito que habían enterrado no pertenecía al de su hija. Desde que comprobaron la veracidad de aquella advertencia, Cristina y su marido iniciaron una gran batalla en busca de su hija. Recién con la llegada de la causa a manos del juez Hooft, a comienzos de este año, la investigación empezó a tener avances significativos. En la comisión especial encabezada por el fiscal Norberto Quantín –designada para trabajar en casos de robos de bebés– sospechan que habría existido un encubrimiento judicial en Capital Federal, Mar del Plata y Posadas, para frenar la investigación que perjudica a la diputada Godoy y a la ex jefa de asesoras de Alsogaray.

Behal tiene dos hijas. La mayor es adoptada. La menor fue anotada como propia en Misiones por la ex funcionaria menemista y su esposo. Según quedó incorporado al expediente, el certificado de nacimiento lleva la firma del médico Santiago Barreiro, jubilado por invalidez en 1996, es decir, un año antes de la llegada al mundo de la niña, cuya edad es similar a la de la hija de los Cigarreta. La inscripción de la niña está llena de puntos oscuros. En el certificado consta que el parto tuvo lugar en una dirección de Posadas, donde curiosamente funcionaba una clínica oftalmológica. Al secuestrar la documentación en el Registro Civil, no se encontraron ni la ficha con la huella plantal de la beba ni la del pulgar de la madre, que habitualmente acompañan la inscripción de un recién nacido. Otro dato llamativo, que abona la hipótesis de que se trató de una compra de un bebé, es que ninguno de los empleados que trabajaban junto a Behal en la Secretaría de Medio Ambiente en los meses previos al supuesto parto recuerda a la mujer embarazada, según declararon ante una comisión especial de la Policía Federal que colabora con el juez Hooft. Tampoco hay registro en el legajo de Behal de alguna licencia por maternidad. Los investigadores sólo pudieron detectar en la fecha cercana al presunto nacimiento un viaje de Behal a Posadas y su regreso a Buenos Aires con la criatura. Qué dijeron los médicos El obstetra Correa que atendió a Ortizá en el momento del parto de Rocío y el neonatólogo Mielgo que asistió a la beba declararon en abril en calidad de imputados no procesados. Ambos aseguraron que Rocío murió a los 3 días de nacer. Y adjudicaron a “un cambio de bebés” en la cochería o en el cementerio el hecho de que el cuerpito enterrado por los Cigarreta no pertenezca a su hija. Sin embargo, en la cochería no hubo un sepelio de un bebé ni un mes antes ni uno después del de Rocío, con lo cual resultaría imposible que se hubieran equivocado de cadáver. Del cementerio, el juez Hooft ordenó exhumar seis cuerpos infantiles linderos a la tumba de Rocío (tres a la derecha y tres a la izquierda) para realizar exámenes de ADN, pero ninguno coincidió con los datos genéticos de los Cigarreta.

El quién es quién de los sospechosos

En torno del robo de Rocío Cigarreta hay varios personajes involucrados del mundo de la política: una diputada nacional y una ex funcionaria menemista sospechadas de relacionarse con redes de tráfico ilegal de chicos. La historia comienza el 23 de abril de 1997 en la Clínica del Niño, en Mar del Plata, cuando nace Rocío. Horacio y Cristina, sus padres, se enteran tres días después que su beba ha muerto y las autoridades de la clínica les entregan un cuerpo. Un llamado telefónico anónimo realizado tres meses más tarde les avisó que ese cuerpo no pertenecía a su hija. Un examen de ADN confirmó la sospecha e iniciaron la incesante búsqueda de la hija perdida, pese a las numerosas amenazas telefónicas recibidas. Quienes ahora deberán declarar en relación al caso son:

El Excalibur también la puso en evidencia: varias llamadas fueron realizadas desde la Secretaría de Medio Ambiente, donde trabajaba Behal, al médico y la enfermera que atendieron a Rocío. Su segunda hija adoptada fue anotada como biológica con un certificado de nacimiento realizado por Santiago Barreyro, un médico jubilado desde 1996. Si bien se realizó un examen de ADN a la hija de Behal para ver si se trataba de Rocío y dio negativo, fuentes judiciales aclararon que no hubo elementos de juicio fehacientes que aseguren que la muestra de sangre presentada para el análisis sea de la misma nena cuyo origen está en duda. Para hacer más nebuloso el caso, en el certificado de nacimiento de la beba de la ex funcionaria aparece como nacida en una clínica oftalmológica.