Adopción y Tráfico de Niños Ponencia de: Ricardo Ivoskus
ADOPCION INTERNACIONAL Y TRAFICO DE NIÑOS
Contexto Mundial.-
El instituto de la Adopción Internacional aparece corno un fenómeno social recién en el presente siglo, formando auge en Europa luego de la 2° Guerra Mundial y después de los conflictos bélicos de Vietnam y Corea y su objetivo era el de dar una familia a los miles de niños que habían perdido a sus padres y que fueron ubicados en hogares de Europa Occidental y Estados Unidos. Con el correr del tiempo, lamentablemente, fue siendo utilizada para conseguir hijos a quienes no los tienen tergiversando su esencia que era la de dar una familia al menor desamparado.
En la actualidad, miles de parejas del primer mundo, recurren a la adopción en el extranjero, como consecuencia de que en sus países, los índices de nacimiento han disminuido, entre otras causas, por la incorporación de la mujer al mercado laboral, la proliferación de anticonceptivos y los cambios culturales, a los que se agrega la reducción de las bolsas de marginación, que redujo la existencia de niños abandonados a niveles mínimos.
En América Latina, esta nueva forma de circulación de personas data de época mas reciente y se produce nuestra incorporación en calidad de proveedores de niños a los países desarrollados, el cual se inscribe dentro del marco internacional de las relaciones Norte - Sur. El tema en tratamiento se ha convertido en política de Estado, y son ahora los gobiernos quienes impulsan medidas alternativas para revertir el envejecimiento demográfico de sus países. Así, por ejemplo, en Alemania, donde la tasa de natalidad ni siquiera logra compensar la tasa de mortalidad, el Gobierno en 1.994 propuso como medida para evitar el "envejecimiento social", que reduce su población en unos cien mil habitantes por año castigar a los solteros y a las parejas sin hijos con el pago de un impuesto para luego redistribuir ese ingreso entre las familias de escasos recursos y en función de la mayor cantidad de hijos. En Francia, cuya tasa de fecundidad es superior a la media europa afiches con la foto de un bebe y la frase "la vida no es sólo sexo, Francia necesita bebés", fue parte del programa instrumentado por el gobierno para exhortar a los matrimonios a tener hijos y aumentar así la tasa de natalidad, como también lo hace con el sistema de premios económicos a las madres que tengan un tercer hijo o a la contribución financiara a las mujeres que abandonen su trabajo para tener un segundo hijo .
Ante el continuo crecimiento de la demanda, la mayoría de los Estados Industrializados han receptado en sus legislaciones, la creación de sociedades que tienen como objeto la búsqueda de niños generalmente recién nacidos, en los países del tercer mundo y a las cuales, para estimular su desarrollo, se les reconoce el derecho de obtener ganancia, en dinero por su actividad de intermediación. Así, por ejemplo, en Noruega, la Oficina de Adopciones del Estado ha autorizado a agencias como "Adopsjonsforum", "Inoradopt" y "Verdens-Bar" para que vayan gestionen y concreten la adopción de niños en países extranjeros a favor de familias residentes en el país. En Estados Unidos, la existencia de estas organizaciones supera los límites de lo imaginable. Decenas de agencias de adopción se desparraman por el mundo en búsqueda de recién nacidos reclamados por familias norteamericanas y por los cuales están dispuestas a pagar elevadas sumas de dinero. Es tal el incremento de esta actividad que estas compañías llegan a acumular "stocks" y los ofrecen en "distintos colores y tamaños en la publicidad comercial gráfica y ano televisiva. Sin tener en cuenta la inmoralidad que encierra la degradación de un niño a la categoría de mercader a en oferta, éstas empresas ofrecen nidos de distintas razas, color, tamaño edad, procedencia y aptitudes, a través de la red informática vía INTERNET, del mismo modo que cualquier empresa promociona sus productos, fijando un precio por la buscada "adopción", por ejemplo, U$S 15 000, y dando la posibilidad de poder pagarlos "... en seis cuotas mensuales, a los interesados que tengan tarjeta de crédito Mastercard ó Visa...".
Caso Paraguayo.-
En este contexto y con motivo del vencimiento de la suspensión de las adopciones internacionales en la República del Paraguay, resulta de Interés analizar como se ha ido incrementando este tipo de adopciones en forma desmesurada, situación que se produjo sin que haya habido una guerra ni una catástrofe natural que dejara como saldo cientos 6 miles de niños abandonados. Al producirse la apertura del vecino país a las adopciones internacionales con la ratificación del artículo 21 de la Convención de los Derechos del Niño en 1.990, su número fue aumentando significativamente hasta llegar en 1.993 a un promedio anual superior a 600, lo que ocasionó como resultado, una importante cantidad de denuncias por sustracción y compra - venta de niños: madres denunciando engaños de terceros para quedarse con sus hijos a quien nunca mas volvieron a ver, mujeres jóvenes que descubrieron un mercado para su cuerpo y se embarazaban una vez al año para vender sus bebés; se alquilaban vientres se encargaban niños a pedido y también se dio el caso de madres que habiendo vendido a sus hijos, sustrajeron niños a otras madres para volverlos a vender. ( Rosa María Ortiz - 1.995 ).
Las adopciones nacionales quedaron marginadas por las internacionales; conseguir un recién nacido para adopción se convirtió en un negocio, en el cual quien paga más dinero es quien se lleva al niño ¿Y quién tiene más dinero? Por supuesto, fueron extranjeros que llegaban al país, dispuestos a pagar entre 20 mil y 30 mil dólares por cada recién nacido. Una crónica de "Gilles Bertin" resulta ilustrativa al detallar que la mayor parte de los Hoteles de cuatro y cinco estrellas de Asunción se asemejaban a guarderías, donde anglosajonas parejas paseaban por el lobby o las plazas adyacentes con bebés morenos en flamantes carritos .Todo, perfectamente organizado por las agencias. En el centro de la Capital Paraguaya, el espectáculo de esas parejas paseando se había convertido en algo habitual. La mayor parte de las boutiques del centro tenían la sección de ropa para bebés. Por su parte, las agencias recomendaban a sus clientes que no viajaran cargados, y la compra de ropa y el alquiler de cochecitos durante dos o tres semanas. Por supuesto, en el medio de esta "demanda" y la "oferta de bebés florecieron los intermediarios que obtenían un provechoso beneficio económico por su trabajo.
En el año 1.995, según la investigación realizada por el "New York Times", Paraguay se había convertido en el primer proveedor latinoamericano de niños en Estados Unidos, hacia donde se dirigían el 95 % de sus exportaciones de vida humana. Al ser consultado el Embajador norteamericano Robert Service, dio como explicación que las parejas norteamericanas preferían adoptar niños paraguayos porque provienen "de gente que tienen fama de ser agradable, bonita y sana". La ola de escándalos desatada en torno al tráfico de niños, fue ampliamente publicada por los medios de prensa y permitió que una organización de madres despojadas de sus hijos lograra del Congreso Paraguayo, en Septiembre de 1.995, la sanción de una Ley que suspendió las adopciones internacionales por un año, con la promesa de elaborar una nueva legislación
Actualidad. Convención de La Haya.-
A poco tiempo de cumplirse el plazo precedente, la legislatura del país hermano ha ratificado la Convención de La Haya sobre la adopción internacional bajo la creencia de que con esa normativa se va a prevenir el secuestro, la venta o el trafico de niños. Considero que esa creencia es equivocada, porque no se ha advertido que esa Convención en realidad, no busca combatir el trafico de niños, por ejemplo, previendo sanciones a los traficantes, sino que sólo trata de canalizarlo, reglamentarlo y tiene como objetivo que la transferencia de niños nacidos en los países marginales se realice de manera fluida y ordenada, organizando su traslado a los países desarrollados. Tal es así que, bajo la denominación de "organismos acreditados" reconoce expresamente la acción de las organizaciones que operan como intermediarias más conocidas bajo el nombre de Agencias de Adopción. Y no sólo eso, también acepta que participen personas individuales, autorizando su operativa en la intermediación. Esta amplia facultad de delegación a sectores privados, abre un espacio que permite seguir adelante a ambas clases de intermediarios, con sus gestiones en el trafico de niños, que se verán facilitadas aún más al poder encuadrar su actividad en este convenio internacional. Para colmo, esta Convención acepta e institucionaliza que los intermediarios lucren con esta actividad y la convierte en honesta y digna del mayor de los respetos. La capciosa redacción de los artículos referidos al reconocimiento de lucro, no alcanzan para ocultar que de esta manera se fomenta a límites inimaginables el comercio internacional de niños Baste, a título de ejemplo de lo expuesto, la transcripción textual del artículo treinta y dos:
"1. Nadie puede obtener beneficios materiales indebidos como consecuencia de una intervención relativa a una adopción internacional.
2. Sólo se podrán reclamar y pagar costes y gastos directivos, incluyendo los honorarios profesionales razonables de las personas que han intervenido en la adopción.
3 Los directores, administradores y empleados de organismos que intervengan en la adopción, no podrán recibir remuneraciones desproporcionadas en relación a los servicios prestados".
Si hablamos del beneficio material indebido, honorario irrazonable o salario desproporcionado, significa que estamos aceptando que los que intervienen en las adopciones internacionales cobren por sus servicios como si fuera cualquier otro intercambio de carácter comercial. ¿Cual es el beneficio económico debido? ¿U$S 10.000, U$S 20.000 ó U$S 30 000? A mi entender este reconocimiento otorga vía libre para que el negocio de tráfico de niños siga adelante, ahora legalizado y bajo el amparo de esta Convención. En definitiva opino que la ratificación del Convenio de La Haya, sobre adopciones internacionales en Latinoamérica, es una expresión más del subdesarrollo que nos afecta y que nos lleva, en nuestro carácter de abastecedores a volver a poner en funcionamiento la exportación de nuestros niños como otra expresión también del predominio de todo orden que ejercen los países desarrollados. Además, constituye una rotunda victoria de la doctrina que sostiene que la pobreza, la situación económico-social, justifica que a los niños se los separe de su familia y en el orden internacional se los desvincule de su país de origen.
Inconveniencia para la República Argentina.-
Cabe recordar, que nuestro Congreso Nacional, al ratificar en 1.990 la Convención sobre los Derechos del Niños hizo expresa reserva en cuanto a las normas que regulan la adopción internacional manifestando que "no regirán por entender que, para aplicarlas, debe contarse previamente con un riguroso mecanismo de protección legal del niño en materia de protección internacional, a fin de impedir su tráfico y venta ". Es evidente que los países más interesados en dar un marco legal a este tipo de adopciones, son los países desarrollados, para satisfacer las necesidades de sus habitantes recurriendo a los países más pobres para proveerse de niños. Debemos preguntarnos si es necesario para Argentina, que funciona como país proveedor, incorporar a su derecho vigente esta Convención de La Haya que, además no admite la formulación de reservas, es decir, debe ser aceptada en su totalidad, con lo cual se impide al Congreso Nacional, actuar como lo hizo, al ratificar parcialmente la Convención de los Derechos del Niño.
Mi respuesta a esa pregunta es negativa, por diversas razones que paso a explicitar:
1) Porque en nuestro país existen muchas familias en listas de espera ante los Tribunales de Menores, que están aguardando durante largos períodos de tiempo para poder adoptar a aquellos niños que, inevitablemente deban separarse de su familia biológica. Qué sentido tiene entonces, autorizar su exportación, exponiendo a éstos pretensos adoptantes a competir con familias extranjeras, lo que provocará sin duda, el incremento del mercado comercial de niños
2) Porque la República Argentina es un país de lento crecimiento poblacional. Los indicadores demográficas nos demuestran que, junto a Uruguay y Chile tenemos una de las menores tasas de crecimiento vegetativo de América Latina. Tal es así, que ha estado reduciendo su participación en el total de la población del continente del 10,8 % en 1.950 al 7,3 % en 1.991, es decir, una caída en términos relativos del 32,4 %. A nivel interno, las proyecciones muestran que el país en conjunto (entre 1.990 y 2.010 ) crece a una tasa anual media decreciente. La misma es del 12,2 % en el quinquenio inicial de 1.990-95 y del 10,2 % en el final de la proyección 2.005 - 10. Además, los datos registrados por el Censo de población y vivienda de 1.991, dan cuenta de que tenemos una población que sufre un avanzado proceso de envejecimiento demográfico, que continuará acentuándose en los próximos años. En 1.991, la proporción de personas mayores de 65 años era del 8,87 % con respecto a la población total y para el 2.010 se espera un 10,31%.
3) Porque constituye una violación al derecho a la identidad, atributo personalísimo del ser humano. El artículo 8 inciso 2 de la Convención de los Derechos del Niño establece la obligación de respetar y preservar la identidad, incluidos la nacionalidad, nombre, relaciones familiares. En consecuencia constituye también una violación a la legislación de un país que además, ha hecho reserva del artículo 21 sobre adopciones internacionales, diciendo que no regirá por las razones ya enunciadas.
4) Porque no es admisible que el Estado se desentienda y no asuma responsabilidad, ante una obligación básica y fundamental como es la de atender las necesidades, protección y formación de sus propios hijos. No es justo que además de perder el derecho de ser criado por su familia, se los prive también del derecho a ser cuidados y protegidos en su propia comodidad. El país que, por falta de recursos materiales, permite que se aparte al nido de su familia, de su medio ambiente originario, de su propia Nación es un país que está hipotecando su propio futuro.
5) Porque una vez traspuestas las fronteras, la experiencia indica que no hay sistema de control y seguimiento de la evolución de la supuesta adopción que asegure que no se han llevado al niño con alguna otra finalidad, como podría ser para servidumbre, prostitución, tráfico de órganos, pornografía, explotación del trabajo infantil o sectas que los utilizan para sacrificios.
6) Finalmente, debe agregarse a los aspectos ya mencionados, la consideración ética que involucran estas adopciones donde, en definitiva, se compara al niño con un bien de consumo, con un intercambio comercial entre quienes demandan y quienes suministran o abastecen. En definitiva, este fenómeno que hemos descripto suscintamente, ha pervertido uno de los actos más fundamentales y sublimes de la humanidad: la maternidad.
Ricardo Ivoskus.